¿Nunca te queda claro qué harina tienes que usar para cocinar un plato u otro? En La Zarola te hablamos sobre los diferentes tipos que existen y para qué sirve cada uno.

Te ponemos en situación. Tienes elegida la receta, todos los ingredientes listos para ponerte manos a la obra y cuando empiezas a cocinar te das cuenta de que necesitas una harina especial. ¿Cuál? ¿Floja? ¿Media? ¿De este tipo por qué? ¿Sirve cualquier otra? Hoy en nuestro blog te contamos los diferentes tipos que hay y cuál se utiliza según la receta que vayamos a elaborar.

Para empezar, hay que tener en cuenta que la clasificación de las harinas se hace según el nivel de gluten que contiene. Las que mayor cantidad de gluten tienen son las que mayor consistencia y elasticidad dará a las masas y suelen ser las que se utilizan para elaborar pan y repostería.

¿Qué tipo de harina debemos usar para cocinar?

Si te fijas en los envases de las harinas verás el valor W. Cuanto mayor sera, mayor fuerza tiene la harina. ¿Pero entonces cuál es la que necesitamos para nuestras recetas?

1. Harina floja: Absorbe poca agua, por lo que son aptas para hacer bizcochos, masas para crepes, bechamel, galletas, magdalenas etc.

Posee menos gluten. El valor W es de 160/180 o entre 8 y 9% de proteína.

2. Harina media: Es la más adecuada para elaborar cruasanes y hojaldres. Tiene un valor W de 250/260 y un porcentaje de proteína 10-11%.

3. Harina de fuerza. Es la harina perfecta para elaborar bollos masas de pizza o panes. Su valor W es de 300 o 13% de proteína.

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Las harinas también se pueden clasificar por su origen. A continuación te dejamos el listado.

Harina de trigo: Es la más habitual par hacer masas dulces o saldas. También se utiliza para rebozar carnes y pescados.

De trigo integral: Contiene mayor fibra que la anterior y es más oscura.

Harina tempura: Perfecta para rebozar verduras. Está compuesta de harina de trigo, almidón, levadura y yema de huevo en polvo.

Centeno: Junto con la de trigo es la que se usa para hacer el pan. En la elaboración de masas es más difícil de manejar por su pegajosidad pero es perfecta para panes y galletas.

Harina de soja: Ideal para croquetas, tartas saladas y salsas.

Cebada: Es un tipo de harina bajo en gluten y que se suele usar para espesar salsas.

Sémola de trigo: Es perfecta para hacer pastas y masas por su alto contenido en gluten.

Harina bizcochera: Se utiliza para la elaboración de bizcochos, bollos, etc. Es perfecta para la repostería ya que lleva un producto que aumenta el volumen de lo que va a ser horneado.

¿Qué tipo de harina debemos usar para cocinar?